viernes, 29 de enero de 2016

de una planta

El torbellino ya pasó
La polvadera sedentó
La lluvia hidrató la tierra
Y una semilla brotó
Los cotiledones aparecieron abriéndose al sol
Las primeras hojitas crecen en una danza serena
El tallo y la raíz fortaleciendose debajo del suelo
Y el aroma desprendido alegra al hogar

No estoy hablando de una planta
Estoy hablando del amor que crece en mí
Es el momento donde llenamos al mundo de oxígeno y lo hacemos más maravilloso

miércoles, 20 de enero de 2016

Cuando él escribe

No sé como lo conocí...nunca le vi a los ojos, ni siquiera sé como es su voz, me parece haberlo visto pasar en bicicleta una vez. Sin embargo, lo conozco.
Lo conozco, veo sus fotos online, leo sus historias de aventura, y me maravillo con los pequeños detalles donde deja expuesto su amor por aquella dama.
Es flaco, lleno de tatuajes, anda en bici, se aventura entre los montes, escribe lo que ve, escucha músicas del subsuelo, tiene muchos secretos en su cabeza, es metódico, y autodidacta.
No sé como lo conocí, pero lo conozco...un hilo telepático que me une. Quizás, porque puedo sentir su alma lleno de amor a través de los circuitos electrónicos de la nube. Es un ser peculiar.
Espero ansiosa por una nueva historia, por una nueva foto. Porque cuando él escribe, yo viajo junto.

lunes, 11 de enero de 2016

No quedó nada

E ironicamente quedó todo.
Se fueron los pensamientos maliciosos, se fueron las expectativas, se fueron las dudas. Unas atrás de la otra fueron saliendo de la habitación. Quedó el vacío, y la sala se llenó de este.
Y fue cuando todo tenía sentido y no. En el vacío no había emociones y sin embargo, el brillo en los ojos despertaba sensación de tranquilidad. En el vacío no hay miedos, dolor, ni confusión, ni nada de esas cosas... porque es vacío. Y en esa paradoja, el amor toma lugar. Ahora el vacío es amor. Y ya no queda más nada que decir.