sábado, 28 de diciembre de 2013

Ojeras

Podía sentir un hueco en su pecho, como un agujero negro, que succionaba todo su cuerpo, invaginándola. Había estado toda la noche con los ojos abiertos y mojados de tanto pasado; y la inconstancia de sus sentimientos que la atormentaban.
Los gatos corrían y saltaban por encima de ella que reposaba en la cama con la mirada perdida y las manos agarradas a las sábanas como si estuviese a punto de caer de un abismo.
Quería poder sonreír, recordar lo divertido que era caminar descalza, pero su boca no se movía, sus pensamientos rondaban por el mismo lugar: qué pasó? cómo pasó?
Habían pasado cinco horas sin poder dormir, decidió leer un libro para conciliar el sueño y poder terminar sus trabajos retrasados al día siguiente. Fue en vano. El agujero de su corazón la seguía absorbiendo; las lágrimas, secándola por dentro.

De pronto, y sin pensarlo mucho, se despertó. Lavó su rostro, ahora insulso, y salió de la casa a hacer su rutina con las ojeras que pasaron a ser su principal característica.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

y esto es así...

Las luces de colores siguen encendidas, el sol reseca la tierra, un viento suave eleva la cortina y el gato dormido en el sillón. La incondicional botella de agua, las gafas, el teléfono que de vez en cuando suena, y yo tratando de descifrar la historia. Mi historia.

La música sonando eternamente desde la computadora, mi corazón latiendo cada vez más fuerte, mis dedos moviéndose rápidamente, sigo sin descifrar qué paso. Qué me pasó.


Detrás de tanta adrenalina, tanto alcohol, tanto maquillaje y tan poco abrazos, me ahogo en mí. 

viernes, 20 de diciembre de 2013

preguntas, preguntas

Yo me pregunto, y a veces tengo la osadía de responderme, aunque la respuesta nunca me satisface. No es que sea fastidioso preguntarse, el problema es que yo todo el tiempo me pregunto, de las más variadas preguntas que pudieran existir...quién construye las máquinas que construyen objetos? los gatos tienen estilo musical? por qué no puedo decir todo lo que pienso sin estar pensando que puedo lastimar a alguien? por qué no podemos elegir mentalmente de quien enamorarnos? por qué hay tantas religiones? por qué lo que más importa es el poder monetario? si ya podemos ir al espacio y podemos curar canceres, por qué la gente todavía se muere de hambre? por qué existen diferencias sociales? discriminación? por qué me siguen preocupando los pelos? cómo abrazarte a kilómetros de distancia? qué estamos haciendo de nosotros? te entristece irte? existe dios? por qué existe todavía el prejuicio? por qué se siguen diciendo cosas innecesarias? por qué? cómo? dónde? vivimos? somos reales? donde estamos? quienes somos? quién soy yo?
y yo me sigo preguntando....

martes, 3 de diciembre de 2013

Todavía hay mucho por crecer

Te miraste al espejo, por mucho tiempo, como hipnotizada, tratando de ver de descubrir quien estaría en tus iris. Cambias el foco de izquierda a derecha en intervalos de cinco segundos, y mientras lo hacías, te acordabas historias. Un té, una guitarra, unos discos, algún dibujo, mañanas soleadas, besos y caricias de sudor, pero sobre todo, charlas y mucha música. Cuánto has vivido en tan poco tiempo; cuánto has crecido; cuánto has sufrido y hecho sufrir. Te miraste con pena de vos misma, algún día te perdonarías?

Viste que tus ojos se cristalizaban y te apoyaste en el lavabo cuando tu rostro se desformó. Lloraste por lo que perdiste, por lo que hiciste perder. Apenas podías distinguirte en el espejo, las lágrimas caían como dos vertientes.

Pensaste tantas cosas, trataste de encontrar el motivo, la causa. Analizaste situaciones hipotéticas, para encontrar una salida menos dolorosa. No supiste que hacer, dejaste que las cosas fluyeran por sí solas, sin que lo hicieran, y te lavaste las manos. Él se fue.

Hoy, de nuevo, te mirás al espejo, con cierta indulgencia. Deseas con el alma, que aquel que compartió tanto tu vida, se sienta, por lo menos, en calma. Tal vez, algún día, puedan ser felices otra vez.

Todavía hay mucho por crecer...ya que, todo es parte de crecer.



jueves, 28 de noviembre de 2013

aferrada

se escondió entre sus brazos, se fue metiendo en sus axilas hasta que los vellos la cubrieron.
sus piernas formaron un remolino en aquel cuerpo masculino.
y sus largos dedos se prendieron en la cabellera dura de esa cabeza gigante.
y como garrapata vivió toda la semana.
todo se complicó cuando el corazón comenzó a marchitarse de tanto bombear sangre a las extremidades, que no dejaban de aferrarse a ese cuerpo masculino.
el cerebro estaba perdiendo líquido. algo no estaba bien.
el domingo su estómago rogó por un pedazo de pan, y ordenó a los miembros soltarse de aquella anatomia humana y caminar hasta la cocina en busca de comida. los dedos adormecidos sintieron un hormigueo cuando se soltaron de los pequeños rulos. las piernas sintieron la sangre en su interior cuando dejaron libre a las largas piernas masculinas.
con mucho esfuerzo llegó a la heladera, comió una manzana y tomó agua. el corazón florecia nuevamente, despacio y susurrando al cerebro que todo iba a estar bien.
cuando volvió a meterse en el cuerpo masculino, este ya se había ido lejos. entonces, se sentó al borde de la cama y lloró un poquito hasta dormirse en calma.

jueves, 24 de octubre de 2013

Se te ve tan dulce a la distancia...

                            Te quiero decifrar de cerca.

Puedo sentirte místicamente preciosa, en esa distancia...

                                                Quisiera sentirte cerquita...

                         
                 

angry

Las cejas se fruncieron. Las comisuras de los labios se inclinaron hacia abajo. La mirada se volvió nebulosa. Las mejillas se tensionaron. Los oídos se agudizaron. El corazón comenzó a latir con más fuerza. La respiración se profundizó. La boca mordiendo la nada. Llegó a la conclusión: estaba enojada.
Enojada por haberse comido el resto de pan. Enojada porque no conseguía levantarse del sillón. Enojada porque nadie le proporcionaba un abrazo. Enojada porque los libros quedaron vacíos y su cuenta bancaria también. Enojada porque no podía dormir sin soñar con animales ensangrentados. Enojada porque los muebles no combinaban más. Enojada con sus pelos. Enojada con el tiempo.
Enojada consigo misma y con todos ellos. 
Ellos, que la dejaron de lado. Ellos, que no la comprendieron. Ellos, que dijeron una cosa e hicieron otra. Ellos, que no se animaron a la verdad. Ellos, que son ávaros. Ellos, que quieren el poder a costa de la muerte. Ellos, que no aman. 
Enojada con ellos. 
Enojada con ella.

Todo ese enojo...ahora transformado en lágrimas. Tal vez, así, el enojo se vaya de su cuerpo.

viernes, 18 de octubre de 2013

de planos

es un punto de inflexión.
la tangente que se extiende.

hasta dónde iremos?

el límite infinito.
y las dimensiones incalculables.

hasta dónde nos expandiremos?

sin embargo, el punto donde estoy parada.es un punto.

miércoles, 2 de octubre de 2013

poderes...o no..

Uno puede brillar intermitentemente. Se puede saltar desde un alcantilado. Se puede decir que sí a cualquier cosa. Se puede pensar que nada malo puede suceder. Se podría aceptar que nada es real y sí, apenas, una hipnosis generalizada. Se podría tantas cosas. Pero hoy, solo puedo bailar en mis pensamientos, cantar en francés, mover los dedos rapidamente...y nada más. Hoy, no puedo sujetarme el dolor, hoy no puedo contener la concentración, hoy no puedo.
Se podría caminar sobre las aguas. Se podría volar con las aves. Se podría lo imposible. Pero hoy...no puedo.

martes, 1 de octubre de 2013

palabras

Distorsiono. Torcido. Estirado. Salvaje. Selva. Hojas. Humedad. Mucosidad. Sensual. Erótico. Nirvana. Fantasías. Imaginación. Creatividad. Pensamientos. Proyectos. Trabajo. Cansancio. Cama. Telas. Vestidos. Bailo. Zapatos. Pies. Dedos. Anillos. Diamantes. Esclavos. Pobreza. Riqueza. Guerra. Armas. Muertes. Tristeza. Lágrimas. Suspiro. Vacío. Gravedad. Caigo. Golpe. Choque. Autos. Consumo. Modernidad. Moda. Modos. Estilos. Cultura. Historia. Familia. Amigos. Amores. Beso. Acaricio. Tacto. Piel. Células. DNA. Hélices.

lunes, 23 de septiembre de 2013

en la enredadera

Con esos ojos grandes que la caracterizan, observó todo con el asombro de una niña. Estudió cada movimiento que las hadas hacían en la enredadera. Desde lo alto, entrelazadas en las hojas, extendían sus brazos y sus piernas quedaban en una posición armoniosamente estiradas. Con delicadeza se deslizaban entre los tricomas hasta llegar al suelo para tomar impulso y volver a flotar en el aire. Entre giros y nudos, bailaban en el silencio.
Ella trató de imitarlas. Despacito se fue despojando de sus pertenencias y con los pies descalzos llegó a la base de esa planta mágica. Suspiró profundo y levantó los brazos agarrandose fuerte de una de las hojas. Se impulsó con fuerza pero no podía subir. Lloró. Un hada la espiaba desde lejos, se acercó saltando entre las otras hadas. La miró a los ojos grandes, cristalizados, y la sopló. Sopló, con un aire místico. 
La niña de los ojos grandes estaba flotando con las hadas en la enredadera. Se quedó ahí por muchos meses, hasta que los brazos se cansaron y bajó lentamente. Descansó...

martes, 17 de septiembre de 2013

Hacia las constelaciones

Desde aquella nube bajaba triunfal. Sin ninguna duda, sin ningún temor. Piso levemente la tierra, enterrando un poco sus dedos en la tierra granulada. Caminó entre los árboles del parque. Sintiendo cada aroma que las flores proporcionaban. Escuchó cada sonido emitido. Caminó. Caminó hasta que no hubo más a donde ir.
Su vestido blanco ya no era blanco en sus bordes. Su pelo liso se había vuelto ondulado. Sus ojos verdes se contagiaron del marrón del suelo.
De repente, decidió sentarse en un banquito, en medio de una vereda vacía. Se sentó a esperar. Sin saber que esperar.
Su nube ya no pasaba más por ahí. Su entrada triunfante ya se había desvanecido. Quedó ella y nada más.
Descansó sus pies cansados, sus manos ahora ásperas, sus ojos exahustos de tanto ver.
Se sentó y esperó, pero nada pasaba. Hasta que un pájaro se posó en sus hombros y le susurró una canción. Inevitablemente, una sonrisa se apoderó de su alma. El pájaro, gris como las cenizas, la miró con un brillo de complicidad. A volar. Volar.
Extendiendo sus brazos, suspiró hondamente, y se dejó llevar por su espíritu y voló. El pájaro la guiaba.
Ahora su salida fue triunfalmente humilde. Hacia las constelaciones.

jueves, 8 de agosto de 2013

Costumbres:

de escuchar música y tener ganas de escribir, o de extender los brazos.
de esconderme debajo de las frazadas cuando hace frío.
de poner la miel em la mesa durante el desayuno.
de dejar pañuelitos e invisibles en los bolsillos de mi campera o pantalon.
de hacer garabatos mientras estoy en reunión.
de observar las líneas faciales de mi interlocutor.
de abrazarlo para que se duerma.
de esperarte amiga mía.
de esforzarme un poquito más mientras nado.
de querer inventar algo nuevo que ya fue inventado.
de aprender un poco más.

costumbre de siempre quererte un poco más.

miércoles, 27 de febrero de 2013

dedos

tenía los dedos sobre el teclado sin apretar ninguna tecla. las manos inmóviles. tratando de procesar cada punto de contacto de su piel con el plástico. como esperando a que sus manos escribieran por sí solas. esperando a que los dedos digitasen el sentimiento que llevaba dentro.
comenzó varias frases, todas borradas al instante. no sabía si escribir en metáfora, en forma de cuento o escribir literalmente lo que sentía, y sin embargo, no sabía cuál era su angustía, o porque le urgía escribir. escribir. para quién? se preguntó. alguien leerá lo que escribo? y si así fuera, cuál es el objeto de todo esto? le sirviría a alguien leer lo que escribo? se volvió a preguntar.
los dedos todavía inmóviles. los ojos fijos al papel virtual. se podía escuchar su respiración, y con un poco de esfuerzo, el latido de su corazón. de repente, un suspiro y nada más. cuál es la necesidad de escribir? pensaba, porque no podría hablar con la persona que provoca mi angustia? pensó. la gente no entiende, o mejor dicho no me entiende, se respondió.
los dedos comenzaron a moverse, muy despacio hasta que uno de ellos apreto una tecla. escribió unas palabras, sin sintaxis. trató de unirlas usando conectores y adjetivos. volvió a borrar todo como lo había hecho unos minutos antes. los dedos se volvieron estáticos. es difícil lidiar con las personas, se dijo y sintió los brazos tan pesados sobre la mesa, parecían hundirse en la madera. la mano tan levemente apoyada sobre el teclado. una mirada lejana y una idea que no podía manifestarse. se quedó como estatua viviente unos minutos, que parecían eterno. los pensamientos sin hilo y sin fin, aunque un comienzo extraño.
cerró los ojos. suspiró. dejó su mente en blanco y sin darse cuenta sus dedos empezaron un baile coordinado sobre los botones negros y las palabras en el espacio digital comenzaron a tener sentido.
escribió: tenía los dedos sobre el teclado sin apretar ninguna tecla. las manos inmóviles. tratando de procesar cada punto de contacto de su piel con el plástico. como esperando a que sus manos escribieran por sí solas. esperando a que los dedos digitasen el sentimiento que llevaba dentro...