descripción de mi misma

Pienso que lo que alguna vez dijeron de mí, es verdad, aunque lo creía mentira.
Cuando era nena, me llamaron "mandona".
Cuando fui adolescente, "nena de mamá".
Cuando fui joven, "antipática, aburrida".
Cuando fui adulta, "intensa, demandante".
Hasta ahora fueron poquísimas las personas que se aguantaron mi persona, y a una yo le di la espalda.
Será que algún día alguien me dirá que yo soy lo mejor que le pasó y no le dé la espalda?

Mundos

Eran de diferentes dimensiones, de mundos distintos, de otras realidades. Ella dulce como el agua del río, él salado como el mar. Ella soñadora, él con los pies en la tierra. Ella bailaba, él dormía. Ella lo observaba en cada pliegue, él miraba por la ventana. Ella se pegaba a él, y él miraba la ventana. Ella quería alcanzarlo, él no.
Él la dejaba ir, pero ella no podía irse.
Sus mundos habían colisionado, el de ella quedó destruido, el de él quedó intacto. Y ese es el final de esta historia, sin principio, sin trama pero con final.
A veces el destino hace cosas sin sentido.

Violeta

Violeta era muy observadora, podía ver a través de tu disfraz, observarte los movimientos y gestos. Se guardaba en un rincón de la mente los detalles, y aquello que más les gustase, se lo recordaba. 

Violeta era sencilla. Escuchaba tu historia, se interesaba y si podía ayudarte, lo hacía.

Era de corazón abierto, expuesto, transparente.

Un día, Violeta se enamoró de una historia ajena. Quiso ser parte de ella, pero no pudo. El protagonista de esa historia era inalcanzable, de otra origen, de otro tiempo. Violeta entristeció. Su corazón se cerró y sus ojos se apagaron.

Espero ansiosa que Violeta vuelva a observarte el alma, que recuerde tus lindos y brillosos ojos; y así, poco a poco, abrir nuevamente su corazón..