miércoles, 6 de julio de 2016

Nowhere

Cuando abría los ojos en la oscuridad, veía destellos. Luego, amanecía. Todo iba normal, pero aquella sensación de no pertenecer a un lugar, gastaba su cuota de tranquilidad.
Quiso cambiar. Y se movió.
Muchas cosas le pasaron, corazones rotos, lágrimas en el piso, risas incontrolables, el mar en sus ojos, la selva en su piel.
Hasta que lo entendió. Ella (y de vez en cuando él), no es su cuerpo; ella (él) es su consciencia. Su cuerpo es el lugar donde pertenece.
Ahora, cualquier lugar puede ser su hogar, porque ella (él) siempre estará en su lugar.
Fin.