Duende

Se había escondido detrás de un árbol. En aquel parque famoso. No quería salir.
Un duende se acercó y le preguntó "hola, qué haces escondida?", " tengo miedo ", " miedo? a qué?", "es qué por segunda vez me entregué a alguien y terminé sufriendo". El duende, que era pequeñito y de ojos grandes la observó con extrañeza. " Eres hermosa, como aquella mariposa", la niña metida aún más en el árbol, no entendía. "Eres hermosa, por ser viva. Eres vida. Y eso es lo que importa. Estar vivos y vivir. Si te quedas detrás del árbol, no vas a vivir y te perderás de la hermosura, de la maravilla, de la magia", "pero también existe el dolor, la maldad, y esas cosas que te dejan triste". El duende sonrió y muy sabiamente, le respondió "todo depende de tu actitud...al dolor, desafialo con un abrazo; a la maldad, con la bondad; y a esas cosas que te dejan triste, sonríele. Y por sobre todo, ama. A vos y los demás, y así vivirás".
El duende se fue, y ella se despertó.
Se despertó a la vida.

De repente...

De repente, me veo hablando con tus palabras, tus coloquios, tu acento.
Preparo mi comida como a vos te gusta, compro los dulces que te enloquecen.
Sin darme cuenta, duermo al borde de la cama como si todavía durmieras aquí.
Considero restaurantes al aire libre por tu mascota.
De la nada, me río de chistes que sólo vos entenderías.
Ya no estás, pero me quedaron tus restos, tus hábitos, tus costumbres. Restaron y se pegaron a mí. Ahora, decime, como te olvido, si yo misma me hago acordar a vos...

Por todos los lados

Y por otro lado, tu luz me revive
Y me descubro en un acto de desespero.
No lo pensé, fue mi ansiedad quien respondió por mi.

Y por otro lado, ahí estas vos
Tan debilitado de tantas noches sin dormir
No lo pensé, mis miedos se apoderaron de mi en un momento de inconsciencia

Y por otro lado, estás tan reluciente y vivaz
Y yo, ingenuamente, esperándote
Creyendo en cuentos de hadas

Y por otro lado, te odio y te amo al mismo tiempo
Me desequilibras. ..y hoy caí

Me rendí

Corría, corría, lo más rápido que podía. Corría. La respiración acelerada. Corría. Se torció el tobillo. Cayó. Rodillas y manos golpearon el suelo. Raspones, tierra. Y lágrimas. Más lágrimas y saliva. Se levantó y se limpió. Ojos nublados. Anduvo en zigzag. Dolía la piel. Lastimaba el hueso. Habló. Dijo: No quiero más. Correr atrás. Y no llegar nunca. No alcanzarte nunca. No quiero más. Vio a su rival estar en su frente. En ventaja. Se secó el rostro. Miró al sol.  Dio media vuelta. Caminó. Caminó sin dirección. No importó. Se dijo: Me rendí.

En su camino encontró una flor.

Te espero

Te espero en el portón del edificio.
Te espero en la esquina del parque.
Te espero en la cama.

Espero a que te despiertes.
Espero que me abraces de noche.
Espero por vos.

Te espero, porque sé que vas a llegar.
Porque sé que vas a venir.
Te espero, porque todavía tenés miedo.
Te espero, porque sé que a vos te pasa lo mismo.

Espero por vos, por nosotros.
Y mientras tanto, te sigo esperando.

Inconveniente

Frío en el verano
Sed de comida
Noche clara
Palabras silenciosas
Caricias que duelen

Amar cuando no se quiere amar

Gritos mudos
Pies que flotan
Dolor placentero
Amigos por conveniencia

Amar cuando no se puede amar

Que inconveniente...