martes, 26 de junio de 2018

La belleza de mujer

Tiene tetas pequeñas, un cabello corto, caderas prominentes, una piel que no seria elegida por una publicidad de cremas, dientes torcidos, una sonrisa brillante y ojos oscuros. Anda por las calles como quien no quiere la cosa, entre terciopleos y gafas vintage, la gorda ralentiza el tiempo.

Una nariz puntiaguda, una altura inalcanzable, nalgas tímidas, brazos de una largura suficiente para abrazar todo el planeta. Esa muchacha da pasos alargados y su piel blanca se ilumina con los rayos del sol. Parece bailar el swing de la vida. Nadie tiene coraje de detenerla.

Se viste con todos los colores del arcoíris, sus ojos verdes se pierden entre las ropas. Su cabello voluminoso tapa su rostro pecoso, y se recuesta en los grandes senos. Su ancha cintura disimula su ancha cadera. La petisa camina de pasos cortos y fuertes. El suelo tiembla ante semejante vivacidad.

Mirada profunda, palmas blancas, piernas largas, boca sobresaliente, cabello duro. Una cadera que balancea al andar, un ombligo grande que se esconde detrás de la blusa apretada. Ella anda como surcando el tiempo-espacio. 

Ah! esas mujeres que saben de su poder. Ah! esas mujeres que no le tienen miedo al imperialismo de la belleza en frasco. Ah! esas mujeres que entienden de que se trata todo esto. Ah! esas mujeres que descubrieron su propia poesía.





martes, 19 de junio de 2018

quien soy

A veces olvido quien soy, quien soy para vos, y comienzo a compararme con los demás para encontrarme. Eso me hace sentir poquita.
y en ese restito de mí, veo las fotos de mi pasado. Veo cuantas cosas fui e hice. Recuerdo el antes y el después de aquella foto. Me hacen sentir grande, sentirme mucho. Y me encuentro en mi propio abrazo.

Otras veces, cuando olvido quien soy dentro de esta multitud, me paro frente al río, y dejo que los pensamientos fluyan con la corriente.
Es cuando entiendo que no soy nadie, soy poco y soy mucho. No tengo género, ni raza, ni edad, ni pasado, ni futuro. Sólo el ser. Y nuevamente me encuentro en mi propio abrazo.

Otras veces, cuando no sé quien soy en este planeta, me acuesto en el pasto y dejo que el sol queme mi piel, y me apacigue el ánimus. Me dejo abrazar por el cielo y por la tierra, para recordarme que también soy universo, que también soy materia, un elemento más del paisaje. Un movimiento más.





No importa quien sea. Importa que no olvide que "soy".

miércoles, 6 de junio de 2018

volviendo

Tengo que ir y no sé bien porqué
No sé que hay en ese lugar.
Alguna vez fue mío, hoy ya no.
Las cosas cambian, pero tengo que ir.
Todos dicen que estoy loca.
Que retrocedo.
Y sino, y si sí? qué importa?
La vida no tiene un único sentido.
De todas maneras, tengo que ir.
Tengo que volver. A cerrar.
Sino se puede escapar y nunca sanar.
Qué cosa? No sé.
La incertidumbre me come las neuronas.
La ansiedad las tripas.
Sin embargo, tengo que ir. De nuevo. En busca. Esta vez no voy a huir, esta vez, voy a enfrentar.
Ya está, ya no resta más nada que perder. Ahora sólo queda el sumar, descubrir, y sorprenderme.
No voy a dejar que el miedo me carcoma. Esta vez no.
Tengo que ir. Con cuerpo, mente y corazón, avasallando todo.