domingo, 18 de noviembre de 2018

paradoxo, oxímoron, contradicción.

Y si dijera que estamos viviendo en el infierno ya, que este planeta no es más que representación material del infierno, y el hecho de tener que lidiar con nuestras dudas existenciales y vivir a través del tiempo es la tortura?

Todas las religiones y filosofias espirituales proponen la búsqueda de la felicidad interior, de la paz interior, y que se lograría por medio de la consiciência plena. Es decir, ser consciente del exacto momento que se esta viviendo, estar plenamente presente en el presente, o sea, no acarrear el pasado ni tampoco añorar el futuro. Simplemente experimentar el ahora con todos los sentidos posibles. Al mismo tiempo, que eso es posible, es imposible, pues en el momento que se es consciente del ahora, ese ahora ya pasó.La sensación que se tiene en ese esfímero momento de autoconsciencia, es eterna. Por lo tanto, el estar presente en el presente, es la eternidad. No obstante, el tiempo no para de moverse, y por ese motivo también es eterno y no lo es, porque ningún tiempo es igual al anterior. Es un paradoxo. O, como lo sentíra un humano, una tortura, no esta definido, es una cosa y no lo es al mismo tiempo. Un oxímoron de la existencia.