miércoles, 15 de abril de 2015

Chucherías

Y se fueron, cada uno juntó sus cosas y se fueron. Cada uno tuvo su motivo. Todos esos hombres se fueron, uno porque no tenía más que vestir y la ropa que tenía estaba desgastada; otro porque quería probar todos los tipos de chocolates, y el otro porque no quería ruidos que perturbasen su sueño durante la noche.
Ella quedó con su papel higiénico y sábanas caídas en el piso. No tenía más telas ni hilos para coser ropas nuevas. El chocolate que guardaba en la alacena era amargo. Y por las noches balbuceaba su credo.
Nadie quiso quedarse con ella y sus chucherías. Todos se fueron y cada uno tuvo su motivo.

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