viernes, 25 de enero de 2019

Me equivoqué

Anoche cayeron pocas lágrimas, quizás porque surgieron desde lo más profundo del sentimiento, de allá lejos. De aquel lugar donde ya no se siente nada, donde el dolor es tan grande que adormece, y entonces el llanto es escaso.
Ayer todo se desmoronó y entre los escombros de humanidad se oculta la esperanza, en pedazos, dispersa, lo que hace dificil que la encuentre.
Me miro al espejo y veo un gris, sin sabor, sin aroma, todo neutro; mi rostro sin expresión, una mirada opaca y aquellas discretas lágrimas que humedecen mis ojos.  Ya no siento el dolor, ya no siento nada.
No sé que más decir. Me equivoqué.

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