martes, 3 de diciembre de 2013

Todavía hay mucho por crecer

Te miraste al espejo, por mucho tiempo, como hipnotizada, tratando de ver de descubrir quien estaría en tus iris. Cambias el foco de izquierda a derecha en intervalos de cinco segundos, y mientras lo hacías, te acordabas historias. Un té, una guitarra, unos discos, algún dibujo, mañanas soleadas, besos y caricias de sudor, pero sobre todo, charlas y mucha música. Cuánto has vivido en tan poco tiempo; cuánto has crecido; cuánto has sufrido y hecho sufrir. Te miraste con pena de vos misma, algún día te perdonarías?

Viste que tus ojos se cristalizaban y te apoyaste en el lavabo cuando tu rostro se desformó. Lloraste por lo que perdiste, por lo que hiciste perder. Apenas podías distinguirte en el espejo, las lágrimas caían como dos vertientes.

Pensaste tantas cosas, trataste de encontrar el motivo, la causa. Analizaste situaciones hipotéticas, para encontrar una salida menos dolorosa. No supiste que hacer, dejaste que las cosas fluyeran por sí solas, sin que lo hicieran, y te lavaste las manos. Él se fue.

Hoy, de nuevo, te mirás al espejo, con cierta indulgencia. Deseas con el alma, que aquel que compartió tanto tu vida, se sienta, por lo menos, en calma. Tal vez, algún día, puedan ser felices otra vez.

Todavía hay mucho por crecer...ya que, todo es parte de crecer.



No hay comentarios:

Publicar un comentario