A medida que andábamos, yo me fui relajando y vos me fuiste dando confianza. Desviamos piedritas, automóviles y los pozos. El viento rozándonos, se llevó mis pensamientos.
Quedamos vos y yo, formando un sólo cuerpo, moviéndonos a toda velocidad.
No pensé a donde iríamos, solo pedalee; pedalee hasta cansarme. Fue liberador, vigoroso.
Llegamos a casa, nos miramos y nos dimos cuenta que nos habíamos enamorado desde la primera pedaleada.
Cleta, sigamos una.
No hay comentarios:
Publicar un comentario