viernes, 20 de junio de 2014

Bicicleta

Me puse mi mejor traje, guardé mis pertenencias en los bolsillos detrás. Era la primera vez que nos conocíamos. Te tomé segura y bajamos hasta la calle, en donde me puse el casco y apoyé mi cuerpo sobre el tuyo, casi tan leve como una pluma. Un pie y el otro, fuimos avanzando por calles empedradas, haciendo de nuestra primera andanza un poco incomoda. 
A medida que andábamos, yo me fui relajando y vos me fuiste dando confianza. Desviamos piedritas, automóviles y los pozos. El viento rozándonos, se llevó mis pensamientos.
Quedamos vos y yo, formando un sólo cuerpo, moviéndonos a toda velocidad. 
No pensé a donde iríamos, solo pedalee; pedalee hasta cansarme. Fue liberador, vigoroso.
Llegamos a casa, nos miramos y nos dimos cuenta que nos habíamos enamorado desde la primera pedaleada. 
Cleta, sigamos una.

No hay comentarios:

Publicar un comentario