miércoles, 12 de noviembre de 2014

Uruguay

No había planeado mucho. Nunca lo hace, va decidiendo sobre la hora. Compró el pasaje por teléfono, puso unas mudas de ropa en su mochila de batalla y se fue hasta la terminal. El autobús tenía café y una manta. El viaje fue cómodo. Sus ojos brillaron al ver el mar. Con su mapa llegó al hostel y partió a conocer la ciudad. Sacó muchas fotos, al mar, a la rambla, a la niebla, a la gente. Los tambores la llamaron y bailó con el pueblo. El extranjero de barba pelirroja le hacía mezclar los idiomas. Igual no tuvieron que hablar mucho. Ella va sin vueltas por la vida, y durmieron juntos esa noche. Al otro día más música, más colores, más personas felices. Porque Uruguay es así, es feliz. Ella se trajo una pequeña dosis de esa felicidad. Dale arriba vo'.

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