jueves, 18 de septiembre de 2014

Carita sonriente

Estaba buscando una información en Internet, no me acuerdo exactamente qué era; de repente, recibo un mensaje en el celular. Quedé un poco perpleja por el destinatario, pero más por lo que aparecía en la pantalla de mi teléfono.
Así, como si nada me escribió.  Después de tanto tiempo. Contándome, lo que en ese momento me pareció una tontería.
Saqué cuentas del tiempo que había pasado. Era un poco más de dos meses que ya no nos contactábamos.
Me escribe en pocas palabras, lo que para mí fue motivo de desconcentración por los siguientes días.
No le respondí en el instante, tardé bastante para contestar, aunque fuera un mensaje de "no necesita respuesta".
Lo que me costó entender, aún no lo hago,  es porque razón me escribió. Era algo que lo estaba superando. El alejamiento. La separación.
Mi respuesta fue una carita sonriente. No sabía que decir.
No me acuerdo que estaba buscando en Internet. Me acuerdo que mi té se enfrió, y la taza quedó en la mesa toda esa semana, sucia. También recuerdo que estuve unos minutos como detenida en el tiempo, mirando la pantalla del celular, como si estuviera tratando de descifrar algún código. Me imaginé los gestos de su cara mientras escribía el mensaje, pero no cuando leyó mi carita sonriente.
Dos meses sin hablarnos y decide escribirme, diciendo que adoptó un gato. Sabiendo que tengo alergia a los gatos. No supe que responder.
Porque adoptó un gato? Si no le gustaban los gatos, es del tipo de "personas amantes de perros". Fue para contarme que cambió de opinión referente a los felinos, o que nunca más podré ir al departamento viejo porque me puede dar un ataque anafiláctico, o que ya no le intereso, o buscando algún motivo para hablar o discutir conmigo. Jamás lo sabré, porque mi carita sonriente no recibió respuesta.
No recuerdo que información estaba buscando en Internet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario