domingo, 28 de septiembre de 2014

Delia

Se llama Delia, en su infancia era conocida como "didi", ahora a sus 64 años es llamada de Doña Deli.
Delia vive sola. Tiene cuatro hijos, tres mujeres y un hombre, todos adultos y casados con prole. A Delia le encanta cuando sus nietos la visitan. Se siente vivaz y tiene motivos para cocinar.
Delia es viuda. Estuvo casada por 43 anos. Su difunto marido fue su único hombre, aunque tuvo la oportunidad de darle un beso al vecino fornido cuando tenía 16 años,  unos meses antes de conocer al padre de sus hijos. Delia solía acordarse de ese beso cuando discutía con su marido. Ese beso ella había decidido dar.
Cuando Felipe falleció por un cáncer, todo el barrio sintió la pérdida. Era un hombre honesto, solidário y justo. Cuidaba de la familia. Delia lo respetaba y, en cierta forma lo admiraba. Sin embargo, nunca sintió las dichas mariposas en la panza cuando Felipe la tomaba en sus brazos.
Desde que Delia vive sola va a misa los miércoles y los domingos, y una vez por semana se confiesa. El sacerdote le aconseja actividades para que no se sienta sola y que ella no necesita confesarse siempre. Es que Delia, nunca confesó que se siente libre desde que enviudó y eso le pesa la conciencia. En realidad, hubiese preferido haber conocido esa sensación de libertad junto a Felipe.
Recientemente, entró en un grupo de mujeres que se juntan a tomar el té, discutir sobre la sociedad de los "jóvenes perdidos", y cuando Doña Marcela lleva los bombones de licor se animan a tener conversaciones más calientes. Delia está encontrándose con sus amigas y está aprendiendo a perdonarse, pero sobre todo a vivir su libertad en paz.

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